Alerta hospitalaria en Bogotá por alta demanda de servicios de salud
La ciudad experimenta una presión sin precedentes en su red hospitalaria, con ocupaciones superiores al 90% en varias áreas clave. Las autoridades piden calma, responsabilidad y refuerzo del autocuidado ciudadano.
La capital colombiana atraviesa situaciones críticas en materia de salud. La Secretaría Distrital de Salud confirmó que la ocupación hospitalaria supera el 90% en diferentes servicios, lo que ha llevado a la decisión de mantener la alerta amarilla hospitalaria declarada el pasado 23 de mayo.
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El aumento sostenido de enfermedades respiratorias, impulsado por la temporada de lluvias, sumado a una creciente demanda por casos de salud mental, enfermedades crónicas descompensadas y eventos traumáticos, ha puesto en jaque la capacidad operativa del sistema de salud de la ciudad.
Según datos oficiales, las Unidades de Cuidados Intensivos (UCI) pediátricas alcanzan una ocupación del 98,5%, las neonatales del 93,8% y la hospitalización pediátrica del 91,3%. En el caso de los adultos, la hospitalización general se ubica en un 91,3% y las UCI en un 86%.
Primer pico respiratorio y crisis estructural
El secretario Distrital de Salud, Gerson Bermont, explicó que Bogotá enfrenta el primer pico respiratorio del año, agravado por la temporada invernal y por la crisis estructural del sistema de salud a nivel nacional. A la fecha, se han registrado 891.244 atenciones por infección respiratoria aguda, lo que representa un aumento del 7,5% frente al mismo periodo del año anterior.
La situación se complica aún más con la confirmación de 163 casos de tosferina, una enfermedad que ya ha cobrado la vida de tres bebés. Bermont subrayó que, aunque se han adoptado medidas como la hospitalización en casa —que hoy beneficia a más de 1.600 personas— y se ha fortalecido la estrategia de egresos hospitalarios, los esfuerzos aún no logran disminuir la presión hospitalaria.
Crisis nacional impacta en la red local
El contexto nacional también tiene repercusiones directas. La falta de atención oportuna en otras regiones del país ha llevado a que muchos pacientes sean remitidos a Bogotá, lo que ha aumentado la demanda sobre una red hospitalaria ya colapsada.
Adicionalmente, la disminución en la capacidad de respuesta del sistema —agravada por deficiencias en la entrega de medicamentos y la interrupción de tratamientos crónicos— ha generado un incremento en las quejas ciudadanas, tutelas y en la congestión de los servicios de urgencias.
“El sistema está al límite, y Bogotá ha asumido con solidaridad una carga que necesita respuestas estructurales. Urge que el Gobierno nacional revise la insuficiencia de la Unidad de Pago por Capitación (UPC) y tome decisiones de fondo”, señaló Bermont.
Autocuidado: clave para mitigar la crisis
Frente al panorama, la Secretaría de Salud reiteró el llamado a la ciudadanía para reforzar las medidas de autocuidado: completar esquemas de vacunación, usar tapabocas ante síntomas respiratorios, evitar el contacto con personas vulnerables si se está enfermo, mantener buena ventilación en los espacios cerrados y lavarse las manos con frecuencia.
“El uso responsable del sistema de salud y la adopción de hábitos preventivos son fundamentales para superar esta coyuntura. No se trata de generar alarma, sino de actuar con responsabilidad”, enfatizó Bermont, quien pidió a la ciudadanía mantenerse informada a través de los canales oficiales.
¿Hasta cuándo seguirá la alerta amarilla?
La alerta se mantendrá mientras la ocupación hospitalaria continúe por encima del 90%. Solo se levantará cuando esta baje al 85%, nivel que permitirá garantizar una vigilancia adecuada de la situación. Entre tanto, el Distrito continuará impulsando el modelo MAS Bienestar, que articula acciones de prevención, atención y fortalecimiento del sistema.
El mensaje de las autoridades es claro: Bogotá enfrenta una emergencia sanitaria compleja, que requiere el compromiso de toda la ciudadanía. “Cuidémonos, protejamos a los más vulnerables y actuemos con responsabilidad. Solo así podremos aliviar la carga de nuestro sistema de salud”, concluyó el secretario Bermont.
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