La ciudad que olvidó: Anciano de 90 años perdido y la falla del sistema de emergencias en Bogotá
Un abuelo vivió momentos de angustia tras perderse en la localidad de Kennedy, mientras las llamadas de emergencia fueron ignoradas por horas.
Segundo Bernal, un hombre de 90 años residente del barrio La Alquería, se convirtió en el protagonista de una historia que refleja la vulnerabilidad de los adultos mayores y la aparente indiferencia de algunas entidades públicas.
El sábado 31 de agosto, el anciano salió de su hogar para cobrar su subsidio Colombia Mayor, y debido a su avanzada edad, se desorientó y terminó perdido en el barrio Las Delicias.
Una pareja que lo encontró se percató de su situación y trató de comunicarse con las líneas de emergencia 123, la Policía Nacional y la Secretaría de Salud, pero sus llamadas fueron en vano. Durante horas, el adulto mayor, visiblemente afectado y con un temblor generalizado, aguardó ayuda mientras los solicitantes de auxilio insistían en sus llamados.
Tras los intentos fallidos con diferentes entidades, ellos centraron sus esfuerzos de búsqueda en internet, allí la pareja logró con el número de cédula del abuelo ubicar la dirección registrada como sitio de residencia. Afortunadamente, el señor Segundo se encuentra a salvo, pero la experiencia ha dejado una profunda huella en quienes lo ayudaron y en la comunidad en general.
La denuncia pública de este caso ha generado indignación y preocupación, pues evidencia la falta de respuesta y empatía de las entidades encargadas de garantizar la seguridad y el bienestar de los ciudadanos. En particular, se cuestiona el papel de la Policía Nacional y la eficacia de la línea 123, herramientas fundamentales para atender situaciones de emergencia.
Denuncia en redes
Quien ayudó al señor Bernal, ha expresado su frustración y ha hecho un llamado al director de la Policía para que se investigue este caso y se tomen medidas para mejorar la atención a los ciudadanos, especialmente a los adultos mayores.
Ella cuestiona a la institución sobre donde esta su componente social y humano, pues comenta que al principio sus llamadas fueron contestadas, pero las últimas ya no respondieron y nunca llegaron al lugar.
La historia de Segundo Bernal sirve como un llamado de atención para las autoridades y la sociedad en general sobre la importancia de cuidar y proteger a nuestros adultos mayores. Es fundamental trabajar juntos para crear un entorno más seguro y amable para ellos.
Este hecho pone de manifiesto la necesidad de fortalecer los protocolos de atención a las personas mayores en situación de vulnerabilidad y de garantizar una respuesta oportuna y efectiva ante las llamadas de emergencia.
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